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Adaptándonos a la realidad de vivir con recursos escasos.

En una economía donde administrar los recursos escasos va a marcar la diferencia, entre un nivel de vida pasado y otro futuro mejor. Este vídeo muestra a qué niveles vamos a llegar. Tan sencillo, tan simple, tan aséptico, tan claro. Si sabemos adaptarnos o no estamos dispuestos a aceptarlo. Todo dependerá de cuál es nuestra actitud, o quizás no nos quede otro remedio.

¿Sabes cómo está tu taza?

En situaciones comprometidas y de cambio, es bueno preguntarse uno mismo en qué posición está mi taza. Si está boca arriba o boca abajo. Es decir, si se puede derramar algo dentro y ser retenido, o por el contrario está boca abajo con lo que nada de las nuevas ideas es percibido. También puede ser que la taza esté llena de conceptos e ideas con un pobre funcionamiento o ya obsoletas. Cuando esto ocurre, sólo es posible vaciar la taza mediante una nueva actitud voluntaria y consciente de cambio, a menos que una fuerte impresión te golpee y te lleve a tomar conciencia de la necesidad de ese cambio.

El mundo se nos ha hecho complejo, sin apenas darnos cuenta. Ya no es como aparentaba ser. No nos damos cuenta que lo que somos depende de lo que el mundo representa para nosotros. Ya no nos vale el pragmatismo, acabó con la entrada  de nuevas culturas, nuevas tecnologías, nuevos intereses, nuevas ilusiones y nuevas ideas. Saber aceptar nuevas ideas es necesario para el cambio personal. Sólo puedo pensar de una manera nueva mediante nuevas ideas, y debo pensar por mí mismo desde esas nuevas ideas para cambiar.

El juego es que si pienso de una manera nueva, puedo ver lo que me rodea de una nueva manera. Si cambio, mi manera de entender el mundo cambiará. Por lo que cabe esperar que, si mi manera de ver las cosas cambia, cambiaré. Dicho de otro modo, a menos que cambie, mi mundo no cambiará. Por lo que una nueva visión del mundo me permitirá un nuevo sentimiento de mi mismo. Puesto que el mundo es como lo siento y mi sentimiento del mundo soy yo.

Disculpa a estas alturas, seguro has entendido que cuando mencionaba la taza,  estaba hablando de la mente. ¿No?

Marshall McLuhan dijo:»En el futuro todo el mundo va a ser un artista».

Suena una música estridente, parece más alta de lo habitual. De repente las personas que me rodean comienzan a bailar de manera espontánea. Por un momento pienso que están todos hechizados. No es un grupo homogéneo, ni tan siquiera visten de la misma manera. Las miro y observo personas normales y corrientes, moviéndose sin parar. ¿Dónde me he metido? Me pregunto qué está pasando, no entiendo nada. Mientras, el ritmo les cautiva y les vuelve locos. No paran de agitarse, de un lado a otro, como legión en orden de combate. Lo hacen como si hubieran ensayado una fenomenal coreografía.

Todos de forma unánime se desplazan sin cesar por la estación. Esto es una locura. Siento que mi cuerpo quiere seguir el ritmo pero mi sorpresa no me deja mover. Quiero disfrutar de este momento lleno de vitalidad pero sigo inmóvil. ¿Pero esto es posible? Me relajo, observo sus caras llenas de alegría y satisfacción. Siento el ritmo, me fijo en los pasos y empiezo a formar parte de esta locura. Qué manera de disfrutar. No me lo puedo creer, estoy danzando junto a 500,700 o 1000 personas en la estación.

Finaliza la música, aplausos, silbidos. Cada uno sigue su marcha como si nada hubiera ocurrido, ha sido un flash mob en la estación central. Quiero más, pero se ha acabado. BAILAR ES MANTENER UNA BUENA RELACIÓN CON EL CUERPO

McLuhan predijo que en el futuro, todos seríamos artistas. ¿No sería bueno empezar a ensayar?

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La economía del sueño y “la que nos viene con esta crisis es gorda” según Juan Roig

Economía del sueño

Todo está cambiando, pero no estamos dispuestos a aceptarlo, sólo hasta que sentimos que nos afecta directamente. Aquello a que estábamos acostumbrados o ya ha cambiado o está a punto de hacerlo.

Las declaraciones realizadas por Juan Roig presidente de Mercadona, en la presentación de resultados anuales de la empresa, como: “la crisis no ha acabado” y “la que nos viene es gorda”. Justifica estos comentarios en la baja productividad de los españoles respecto a otros países. Aclara el término productividad diciendo: “mejorar la productividad es hacer las cosas mejor, hacerlas con menos recursos, trabajar mejor y más, y esa es la solución”.

Me pregunto cómo es posible hacer las cosas mejor. Si la productividad es la razón entre la producción obtenida por un sistema productivo y los recursos utilizados para obtener dicha producción, queda claro que en el caso español, están fallando tanto el sistema productivo como los recursos para obtenerlos. Algo que hace años sabemos, pero que pocos están dispuestos a modificar. Es decir, no se aplican las tecnologías de la información y comunicación TIC en el trabajo cotidiano, ni en la forma de entender la sociedad en la que estamos inmersos. Pero sólo con esto no es suficiente.

Nos encontramos en la economía del sueño, donde esperamos que alguien nos indique aquello que debemos hacer. O bien, observamos aquello que funciona en otros para imitarlo. El camino fácil, sin riesgo, sin errores. Sin concedernos un plus de creatividad, innovación, de aceptar la equivocación y no tomarla como un fracaso.

Corriendo sobre el filo de la navaja de la incertidumbre, cabe profundizar en el conocimiento del camino, saber hacia dónde nos dirigimos, para llegar a un final conocido. Donde unos gozarán de los resultados y otros se preguntarán por qué no pusieron el alma en su empeño.
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La economía del sueño y la campaña estoloarreglamosentretodos.org

Todos deseamos conocer aquello que nos depara el futuro. Algunas personas tienen la obligación de aproximarse al mismo y por ello las llamamos expertos. Uno de los que ha sabido aproximarnos a la idea es el psicólogo Maurice Nicoll diciendo: “hoy es lo que es porque ayer fue lo que fue, y si hoy es como ayer, mañana será como hoy. Si queremos que mañana sea diferente debemos hacer que, hoy, sea diferente. Si, hoy, es una consecuencia de ayer, mañana a su vez será una consecuencia de hoy. Y si alguien ha estudiado a fondo lo que ha sucedido ayer, puede entonces sin riesgo de error decir qué sucederá y qué no sucederá mañana”. Sin embargo, no disponemos de elementos suficientes como para discutirlo. Aquello que puede ocurrimos depende de alguna manera de causas accidentales, azarosas o nuestra propia voluntad.

Tal y como funcionamos, de manera automática, no es posible hablar de futuro, porque repetimos los mismos errores de siempre. Esto ocurre porque no tenemos conocimiento de nosotros mismos o no tenemos el más mínimo interés. Si lo supiéramos, sabríamos a donde vamos. Es decir, permanecemos anclados en el ayer.

En la economía del sueño no tenemos voluntad, al menos, la voluntad suficiente como para cambiar las cosas. Pasamos de un pensamiento a otro de una influencia a otra sin que nada permanezca fijo e invariable en nosotros. Seguimos dormidos. Nada cambia. A pesar de todo, en los negocios imaginamos el futuro sabiendo donde queremos llegar y en múltiples ocasiones lo alcanzamos.

Ahora un grupo de personas y entidades desean cambiar lo que consideran un estado de desánimo generalizado, pretenden hacerlo mediante una campaña de comunicación masiva. La denominan estoloarreglamosentretodos.org, para que se propague como lo hacen las iniciativas de marketing viral. No perciben que las cosas están cambiando demasiado como para entenderlas con los planteamientos de ayer. No perciben que todo cambio es posible de manera individualizada y profunda.

Creo que el intento de estoloarreglamosentretodos.org es una iniciativa voluntariosa desconectada de la realidad personal de cada individuo. Por lo que, a mi entender, más que influir con mensajes o personajes, es importante plantar semillas en cada uno de nosotros. Para que regándolas adecuadamente podamos recoger los resultados.
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Planificando la escucha y el cambio

Planificando la escucha y el cambio

Planificando la escucha

Cuando decidimos escuchar en las redes sociales, pensamos que es una tarea más para el departamento de marketing, pero lo cierto es que se trata de una labor a extender a toda la empresa. No es posible diferenciar entre una u otra responsabilidad personal concreta. Pero es necesario tener presentes algunas sugerencias:

a) Necesitamos conocer donde se encuentran los clientes en la red. Diferenciarlos entre los que comentan y aquellos que crean opinión.

b) Inicia la escucha poco a poco para ir ampliando a medida que vas aprendiendo y obteniendo resultados con un producto o servicio determinado, en lugar de hacerlo todo a la vez.

c) Gestiona la información que obtengas de manera que te permita interpretar los resultados hacia tu objetivo.

d) Los datos que obtengas requerirán de una interpretación a diferentes niveles y deberás contrastarla con otras personas de la organización.

A medida vas escuchando, el conocimiento detallado del mercado te conducirá a replantearte algunos cambios. Es posible que transformes la empresa con cambios en la jerarquía, haciendo que la estructura sea cada vez más plana. Redistribuyendo la responsabilidad entre un número mayor de personas en la empresa.

Los clientes seguirán manifestando las opiniones que tienen de la empresa, sus quejas, inconvenientes, unas veces justificados y otras no. Muy a tu pesar, pero es la única manera que tenemos de mejorar. Escuchar forma parte de la conversación y aunque no exige participación, es necesario hablar para aportar o aclarar puntos no del todo transparentes. Es inevitable cuando se escucha responder mediante un blog. Pero recuerda que recibo lo que entrego, es difícil esperar transparencia si no la transmito. No es un juego, es real y auténtico. Serán los resultados quienes lo corroboren.
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Aviso para navegantes emocionales

Brújula para navegantes emocionales

Elsa Punset

Elsa Punset lo dice en La Contra de La Vanguardia “Ante el mundo sólo hay dos actitudes: o miedo o amor»

Mi actitud es la del miedo. El desastre de Haití me lleva, otra vez, a la solidaridad paternalista en la que estoy acomodado. Me pregunto si es posible observar el mundo de otra manera, desde otro prisma y creo que este es el momento idóneo para intentarlo.
Muchos aspectos emocionales, durante un tiempo, me pasaron desapercibidos por no haber tenido una educación emocional suficiente. Que en múltiples ocasiones me impidieron una comunicación con el otro mucho más clara y fluida.

“Gestionar las emociones … reportará fabulosas bendiciones para la humanidad” ¿Pero cómo hacerlo? Crear una estructura personal maleable para resistir el cambio, ¿es suficiente? Aprendemos con facilidad emociones que construyen capas que nos alejan de la esencia, del niño, emociones que construyen la personalidad adulta, sin que medie un aprendizaje de nosotros mismos. Es cierto, vamos aprendiendo de la mejor manera que podemos, mediante la imitación de padre / madre, amigos, maestros, referentes culturales, entre otros. Pero ellos estaban tan descalzos como lo estamos ahora nosotros.

¿Cómo puedo entender mis emociones y no caer preso de ellas? Sólo se me ocurre una respuesta, observándome a mi mismo. Como si de otro se tratara. Por aquello de que es más fácil ver la paja en ojo ajeno, que la viga en el propio.

“no escuchamos bastante las voces de nuestras emociones. Habitúate a escucharlas y entenderás tus pasiones. Y una vida con pasión y sentido es más feliz”

Entonces, no queda más remedio que escuchar.
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Redes Sociales y valores personales

Los Social Media son una relación
El sociólogo Manuel Castells dice:»Uno de los temas más difíciles de Internet es que nos obliga a descubrir quiénes somos realmente porque lo que hacemos en Internet es lo que realmente la sociedad es. Es nuestro espejo en la historia» … «Internet tiene un efecto profiláctico porque nos impide mentirnos a nosotros mismos como sociedad, y por eso mucha gente tiene miedo a Internet, porque se tiene miedo a sí misma».

Interesante punto de partida para enfrentarse a momentos de cambio y turbulencias. Parece que si no estamos armados, enteros, llenos de valores que permitan una convivencia con nosotros mismos, deambularemos sin rumbo presos de nuestros propios miedos. No sólo se trata de mantener la estabilidad, la unidad personal a través de una ética individualista que se justifica por el simple hecho de la aceptación mayoritaria, sino unos valores repletos de sentido común social.

Internet está zarandeando las bases de todo lo que conocemos hasta ahora, está abriendo nuevas posibilidades todavía desconocidas. Es un intento definitivo para romper la comunicación unidireccional en favor de la multidireccionalidad. Pero esta nueva situación requiere el desarrollo de nuevas habilidades personales.

Ahora que tenemos la oportunidad de expresarnos como medio de comunicación con influencia social es el momento de tomar conciencia del poder que tiene la comunicación y de la responsabilidad que acarrea.

Queremos crear una sociedad digital en la que todos aparezcamos como iguales, conectados, generosos, atentos, activos, realistas, llenos de buenos deseos, pero no sabemos cómo se consigue. Deseo seguir trabajando para buscar la manera de concretar aún más en la consecución de esos valores o actitudes que pretendemos en la sociedad digital. Ya no pueden seguir siendo virtuales por más tiempo.
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